De las tinieblas,
como un resucitado aparece
blandiendo su mirada hundida
por el puño del tiempo.
Vencido brujo inútil,
inclinado en su abismo
se pone a discutir conmigo.
Con su sayal envenenado de humo
sube por los tejados y se columpia
entre la tarde y la memoria,
se deslíe en jirones rojos
y amarillos
por el homicidio del cielo violentados.
Exhausto viene y nos castiga
sobre la herida siempre en fragua,
y se hunde
ahogándose en estertores
adentro de su desierto,
se hunde
como el primer día,
noche a noche
en el cráter de un nuevo olvido,
de otra lejanía.
(De: SEPARATA )
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