Los
caballos remotos
y
frágiles
caminan
y caminan distancias
desplazadas
en lo oscuro de sus ojos
echados
ahora entre las vides
de
espaldas al sol
miran
serenos
de animalidad
hacia
otro lugar
la
sinestesia incontrolable del paisaje
terso
de silencio
vuelve
a nombrar la primera vez
de
la Vía Láctea
desnudándose en mis ojos.
Gracias, Pedro!
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