a Jorge Casaretto
Del movimiento de
voces
asoman esos niños
junto a la vertiente
y el perro que salta
la pared
es el mío
y es mía la habitación
a oscuras
donde ha regresado mi
madre
sigo caminando
pero son las montañas
que de perfil se
deslizan sin detenerse
cuando de un cello
llega el canto del cisne
y el campanario desembarca
en lo abierto.
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