Los espejos sus brumas
de encuentros repetidos
al amparo de los trenes
de encuentros repetidos
al amparo de los trenes
el mar de
arena y de la noche
ligera de hombres
pero no de astros
la conquista
del invierno
que se apropia
del fuego
el calor del
cuerpo violín del monte
acunado por los pájaros
en habitaciones que
nunca fueron ocupadas
viajeros necesitados como
somos
de los días de
hierbas lluvia y caballos
fecundando la aldea
su áspera calle
empinada
hacia el divague de
la luna
y ese modo tan suyo de repartir
la oscuridad
la oscuridad
de donde nadie nos enseñó cómo salir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.