Escasa luz para la
rosa y su desierto púrpura
y tan breve luz
para contemplarnos
mas breve que el
mar
cambiando de lugar cantos de otro comienzo
animal ungido en
momentos de presagios
bajo
el árbol de las congojas
aluvión de astros
congregados allí
donde cuidan
demonios el alimento
arrancado a serafines y pájaros en llamas
escasa luz digo
para el aroma del
murmullo que nos mira
rostro
quebrando espacios
oráculo que nos hiere y nos despliega
unidos al asombro
de lo que ha quedado
como un ritual del humo
el
humo
que sin saber nada
nos libera de la estatua
nos dibuja sobre
el puente de la tarde
silenciando deseos con aire de catástrofe
nos infancia en el
ocio sagrado del poema
cuando el día
es
nosotros
el
día.
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