Sigo yendo
hacia el hastío del mundo
voy con poblaciones a cuestas
donde
los cielos se cierran
provocando
la adicción del dolor
desvío figuras incontrolables
por lugares que ya no quiero ver
rostros de
reliquia
perros y gatos incandescentes
lobos
atados a la nieve
almas de elefantes
compartiendo a los masai
caballos
parientes de la muerte
oleajes de
seda con toros degollados
envueltos por el aire de la noche
que nos mira
desde la nebulosa del Águila
desde la nebulosa del Águila
en el ojo del tigre siberiano
voy al encuentro de un relato
que apiló ramitas de cedrón
un enigma
sepultado
bajo montes impiadosos
sigo yendo
entre árboles y piedras
musitadas por el agua que vislumbra
musitadas por el agua que vislumbra
invernando en la llanura del espejo
el peligro de una espera.
el peligro de una espera.
Duro poema como la noche comun, querida Celia. Que dialoga con la inmensidad del cosmos en esa nebulosa y expone al ser en su infinita nimiedad; al reflejo que somos en el fondo de las olas del espejo; y que habla desde el hastio existencial y desde la danza de todas las mascaras, al cabo de la tragedia de existir.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por todo eso
Alejandro