Alguien en el mundo arrastra su páramo,
pero lejos,
atravesado por brumas persigue a su sombra
caminando hacia atrás porque la lleva adentro.
Bandadas de pájaros pasan por el cielo,
tal vez encuentren al solitario de la mano del viento
yendo hacia donde no sabe que va
y le nublen el camino
hasta que pierda los ojos,
ingrávidos trepadores del silencio,
y aprenda a comer
día por día
de la granada lo que vuelve dulce
su tormenta sin cuerpo,
apenas un agua roja iluminada
que estalla en la mordida
y da la suerte.
No sé por qué
las cosas tienen que ser así,
llevarse la suerte a la boca
y dormir
cuidando de nuestro fantasma
para que no camine siempre
dado vuelta hacia el pasado.
Tal vez alguien en su propio olvido
está perdiendo
ahora la vida
y vuelan con su nombre los pájaros
triangulando puertas del horizonte
que cambian de color
según la luz dispersa círculos
irreales del firmamento.
(De : Separata)
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