viernes, 23 de marzo de 2012

Planos de ciudad

La verdadera isla,
un punto caótico del aire
           que no vuelve al aire,
una línea blanquísima
de espaldas a figuras sin materia
que la lluvia desaparece,
un reino de postales funerarias
en calles abriéndose al desierto
y el fin del mundo maloliente
bailando su silencio de cartones
por el puente invertido en la luz.
         
La verdadera isla
desaparece en el caracol azul
del sillón abundado de nadie,
            en su punto de fuga.
Ingrávidos garabatos
fictician una nieve que se olvida.


 Para entrar en la belleza
            los árboles traen el espacio
y en las nubes
            vemos pasar,
                      descalzo,
                              al tiempo.


(De: Separata)

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