lunes, 24 de octubre de 2011

Espíritu Universal

Poema XVIII


Hay un orden despierto
reverenciando el beso de Judas.
Fascinado el caballero del Grial
por la tierra baldía,
ha derramado el vino
nacido de la aurora
en estéril costa de rocas.
Desde entonces el silencio
se ha vuelto pestilente.

Contra el futuro limpiamos
nuestra boca de palabra oscura,
sorda y despiadada,
y ponemos  a abrevar
el cuerpo
en aire sutil de tomillo y laurel,
para que estalle la sed del campo
insectos de diamante,
dibujando volutas de sol
que aligeren esta vieja piel
de vínculos profanos.

(De: Imágenes del silencio)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Me ha puesto triste

Me ha puesto triste esto de saber
que las rosas del vitral están a punto de secarse,
esas rosas que crecían abriendo su inocencia
en cada amanecer de la Santa Vera Cruz.
Me gustaba, al despertar,
en la perfecta penumbra del silencio,
verlas llegar como rostros de la infancia.
El aire se cuajaba de mariposas,
como las que ahora vibran
cuando la luz que nada sabe de pérdidas
y abandonos,
brota en cada amanecer, Dionisio,
buscando tus ojos celestes
                     vueltos hacia otra distancia,
                     y tu barba donde jugar a enredarse.

                     Las rosas del vitral se están muriendo
                     en medio de tanta luz desperdiciada.
       
(De: Irrintzi - 2009)

   A veces, en las calles de una ciudad se puede producir el prodigio.
Entre dos personas que hace poco se conocen surge la figura de una
tercera. Sucede cuando la nombran: Dionisio Aizcorbe.
Y en plena avenida Santa Fe se instala el Castillo de Aizcorbe y nos
vamos adentrando en él como en el sueño, y como en el sueño
dialogamos a la sombra de la montaña, mientras el agua de la acequia
apura el canto de la noche.
Carlos Pasqualini y yo te pusimos a nacer, Dionisio, cuando vos no lo imaginabas.

martes, 11 de octubre de 2011

Esfinge



Autor: Ana Lía Banchio


Poema VI


Misterios de la vida
que fornica con la muerte.
¿Cuál es el milagro
que puede transfigurar
en cometas
libélulas ausentes?
Jugamos a encontrar
el vacío
con la lucidez de lo inútil
en este Berlín ajeno
y roto.
Nuestros cuerpos,
grietas de musgo
sin epitafio.
No hay tiempo para angustias.
Anudo mis ojos a las manos
que recorren el teclado
e imagino que en algún lugar
surge de la nada
la belleza,
que vuelve a ser primavera
limpia
y el eco de la música se une
con transparencias del cielo,
por una calle a la mañana.

Sin flores de sangre la piedra
despierta y caliente
acontece en oración sobre la luz,
arrodillada.

(De: Imágenes del Silencio)

Poema IV

Flecha de rabia  rota
en palabra y más palabra
al rajado vientre del día
consagrada,
a su clima de náusea                                               
estaqueado en las esquinas,
a su voz desollada
por laberintos en asedio
de formas vacías.
Igual que un gato
escurre por rendijas
la lluvia
su inquieto lamento
de castidad vigilante,
mientras los sueños perduran
y las visiones atraviesan
charcos juguetones de ondinas
agotadas de cantar
el imposible retorno de Ulises
astillado en espejos de Ítaca.
No es necesario preguntarle al mar
por  barcos perdidos
ni a la ciudad
por su costa  sin dioses.
No se debe preguntar al pasado
por sus muertos
y sus variadas mutaciones.
Tanto miedo se deslizó
adentro de los cuerpos
antes de caer
sobre tálamos de escombros,
en casas que ya no eran.

Tanto miedo mudo por días
y noches
clavando con barrotes
en cajones de espanto
la justa cruz a golpes
de sal y purgatorio,
cuando llegaban saciados
de rostros vacíos
los gestos del sueño en vilo.

(De: Imágenes del Silencio)