miércoles, 27 de agosto de 2025

           


                              

Después de haberte visto encaramado

A los techos de la tarde

Con los ojos entrecerrados

Contemplando tu soledad entre las piedras

Las noches se dedicaron a vaciar verdugos

 Fluyendo minuciosamente

 Con el líquido tenebroso del sueño

 Pululante de balbuceos

 Obligándonos a recordar formas del amor

 Amordazadas por alguna condena

 Oíamos voces que nos empujaban a ceremonias salvajes

 Donde se agitaban hombres y mujeres 

                         Que se perseguían enardecidos 

                         Como en la Venecia de Aschenbach

Y nos arrastraban a la deriva hasta sumirnos

En una canción oscura

Mano a mano con el abismo.

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