Montículos
de piedra de arena de nubes
Y el
carro avanza por el mundo
Espesado
de asombro
Entrelazado
al faro sin límite de luz
Con
las aves adictas al horizonte
Dibujando
estelas imperceptibles
De
migraciones
Que les
recuerdan el primer viaje
Más
allá de donde no podemos verlas
De
palabras que quieren decirlas
Como
el sueño repetido por la voz que ignoramos.
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