Vengo a dormir bajo los astros
nadie me vio llegar
ni la luz del reino de
la noche
como si el lugar
fuera el de antes
pulido por el peso de
las tormentas
y yo
la que nunca se
hubo desatado
no puedo a nadie
pedir mi tierra
mi lecho
ni la almohada
donde
apoyé la cabeza con el ojo seco
vengo a acurrucarme
bajo el ala de Antares
a modo de conversación con el tiempo
y el aire quieto de un azul
profundo
en campo abierto
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