a
Héctor Miguel Ángeli y Paco Díaz
Alejo
dice el final de la
tarde
en la esquina de
Junín y Paraguay
cuando los
ojos vuelan
cruzando el reposo
de la luz
tentados por esa
materia tenue
del lila de los
tarcos
que nos pone a
levitar
como si fuéramos recuerdo
antes
de ser partida
balbucea el lucero
su inminencia
en la conjetura de
los árboles
más altos que el
mundo
más altos que la
torre de la iglesia
labrada
en su vacío
el día inmolado a
sabiendas de la noche
y
el hombre
en el instante
azul del espacio
se
reconcilian.
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