Te veía correr
a la intemperie de los astros
y otros también nos veían
y los animales del monte
nos saludaban
y contemplaban nuestro incendio
bebiéndonos de la lluvia el mar
te veía correr
hacia el vientre del día
buscando la grieta del regreso
yo te ofrecía la hoja en blanco
con la última palabra
pronunciada a solas
la que no se dispersa
me dabas un poco de tierra
para saborearla juntos
era la nuestra.
(De: De Secretos y Volcanes - 2001)
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