domingo, 18 de diciembre de 2011

Poema 23


Compañera del viaje
por el último desierto
de ruinas insalvables,
          la voz indaga.
Casandra pregunta por el nombre,
el que lastima,
por tu piel,
la que duele,
por tu alma
investida de incendios
y oceánicas  memorias.

No me nombres.

Mis caballos están a punto
de desbocarse
remontando sudores del cielo,
con estas ganas que tengo
de atrincherar la muerte.

No tengo nombre.

La baliza del tiempo navegable
suelta brincos de luz
en la carne de los vientos
por este río inmóvil
que dice al ojo la estrella distante.
Jamás pronunciaré mi nombre,
el verdadero,
si no es escribiendo del pájaro
su vértigo en alas
y de los mares
su aroma subyugando ángeles
danzarines de lo abierto.

Nadie dirá mi nombre.
Sólo quien de la noche sabe
y se atreve a iniciar el vuelo.


(De: Imágenes del Silencio - 2011)

viernes, 9 de diciembre de 2011

El abrazo (1909) - Gustav Klimt

Filiación


Tirita el ojo a contraluz su rezo
si las visiones con sus potros endiablados
salen a relumbrar la muerte       
empujándolo al suicidio
                al silencio.

No hay palabras para lo amargo,
ni gesto que incendie la arpillera
              de lo incierto
cuando en lo ciego del cuerpo
sólo un hálito triste, huidizo,
propaga como una aparición
               esa imagen que pasa,
desde la barca perdida del nacimiento,
               buscando historias
que nos absuelvan del olvido.

          Un deseo de sal
por esculpir el abrazo mudo
                que no alcanza,
antes de que sea difunto,       
deja en harapos de vejez a la luna
desollada en una dalia muerta.
Deja al jazminero que olías
piadosamente seco en la ventana.

Sólo la flor zumbante
de una mosca
resuelve el destello sagrado del universo
cuando,
                anocheciendo,
se prepara el cielo a desbrozar sus astros,
para que nadie parta sin saber                      
                quién es
en el oscuro esfuerzo
                de borrarse el cuerpo
porque nunca le oyó decir su nombre.

(De: SEPARATA)