domingo, 26 de septiembre de 2010

Ofrenda


Te veía correr,
correr a la intemperie de los astros,
y otros también nos veían
y los animales del monte
nos saludaban
y contemplaban nuestro incendio
bebiéndose el mar en cada lluvia.

Te veía correr
hacia el vientre del día
buscando la grieta del regreso.
Yo te ofrecía en una hoja en blanco,
la última palabra
                          pronunciada a solas,
la que no se dispersa.
Me dabas un poco de tierra
para saborearla juntos.
Era la nuestra.


(De:   De Secretos y Volcanes  -  2001)

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