Tres álamos en la esquina de una calle,
cuando aun sucede el otoño
con sus días deslizándose bajo la lluvia.
Pronto dejarán un montículo de hojarasca
y se mirarán desnudos y solos,
flexibles huesos en vértice
sorbiendo el cielo.
Camino entre palabras prudentes para nombrarlos.
(De: Fin de lo Perdido - 2007)
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