domingo, 29 de julio de 2018





Los espejos           sus brumas
de encuentros repetidos
al amparo de los trenes
el mar de arena y de la noche
ligera de hombres pero no de astros
la conquista del invierno 
que se apropia del fuego
el calor del cuerpo violín del monte
acunado por los pájaros
en habitaciones que nunca fueron ocupadas
viajeros necesitados como somos
de los días de hierbas lluvia y caballos
fecundando la aldea
su áspera calle empinada
hacia el divague de la luna                          
                        y ese modo tan suyo de repartir 
                        la oscuridad
                        de donde nadie nos enseñó cómo salir.

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