viernes, 14 de abril de 2017





     Lo insondable del rumbo de los astros
     me ha vuelto ajena a las cosas
     aprendí a ver llegando quieta la distancia
     por la misma ventana donde veo                   lejos
     los venados que ahora corren una carrera
     que terminó hace miles de años

     fui ocupada por el viento     
                                   
     la silueta de un hombre
     se desliza    
     atento al llamado del amor y la muerte
     y la niña italiana llevando un pan
     tan solitario como ella sobre el puente de un río

     los árboles
     en mi garganta
     las aves migratorias neblinando mis ojos
     y la sangre a cara descubierta
     bajo la melodía de las esferas
     lo que tiembla en conjuro
     y queda detrás del poema.

   


2 comentarios:

  1. Las flores del arrozal ya se trasformaron en semillas que volverán a la tierra a crecer en silencio.
    La niña italiana dejó el pan dónde debía y no dónde quería.
    El lucero sigue marcando el camino a las aves migratorias y a nosotros, simples mortales.
    Abrazo

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  2. El Eterno Retorno se cumple inexorablemente.

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