Soplaba el viento
y hacía tu cuerpo el olor de mi piel.
Palpaba espacios el infinito
mirando cumbres ilusorias
en azul de agua y firmamentos.
Vagábamos asombrados,
plenos del sabor de claridades.
Despiertas entre nubes las manos
saciaban lo prohibido
y se colmaba de soledad la lluvia
que no podía ya tocarnos.
Afuera era adentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.