Sucede el giro indolente del día
disuelto en otoño azul,
iluminado.
Sucede como el dejarse estar de los árboles
intentando susurros con la hierba
que de tan pequeñita que es, no tiene nombre
pero crece.
Sucede este violín buscando su voz,
ese más allá,
por la noche laboriosa de grillos y de estrellas.
Pero algo sucede y permanece,
como un remedio salvador de la sequía,
tus poemas
que fluyen con certeza como el agua,
diciendo todas las formas de tu abismo,
huesos del pasado hecho cenizas en la boca.
Ellos vienen de turbios mares con silbidos
de vaya a saber qué perversos fantasmas
tributarios del encono de la fiebre.
Vienen uniendo lo desmembrado del exilio.
Traen tus ropas mojadas
después de haberla cabalgado como en celo,
sin descanso,
a la muerte.(De: Detrás del hilo azul -2010)
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