Sólo quería saber
cómo era eso de perder las trenzas
y, más tarde, mi sombrero de paja
en el campo de amapolas.
Sólo quería ser algo animal,
allí donde amé la vida
y el sol jugaba a iluminarme.
Nadie sabe, no,
que dibujé tatuajes
en la sonrisa de los hombres
que me amaron.
De ese modo los maté
para siempre.
Pero a vos no,
porque me llevas a la música
con tu mirada secreta
y tus apretadas mutaciones,
solícito como un ángel
que concede frutos efímeros
para el deseo feroz
de quien no tiene escapatoria.
Una mirada, la tuya,
con dolor de libertades.(De: Irrintzi - 2009)
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